viernes, 11 de febrero de 2011

Cuando no sé decir. Collage. Cuando no sé escribir. Pa(ra)(bo)labras.


Anudar. Desanudar. Andar. Desandar. La mancha. La mora. El boli que no pinta. Los clavos. El dolor. El amor. Las muelas. El Juicio. Final. El principio al final del pasillo. Amor de muelas.Las hormigas al esófago. El Opio. El ritmo. El pulso. El mecanismo del péndulo. El orgasmo.Camino esta pared de sombras. El sol al otro lado. Siempre pierdo los pañuelos de mi cuello en los andenes. Frío. El tren lleno. La avalancha antipersonas. No hoy tiempo. Casa. El escondite. La infancia. Los ojos que llueven. Las nubes no lloran. La orquesta a esas horas, en las que el mundo se acaba. La praxis. Literatura en los poros. Poesía en el pulmón. Respiro. Inspiro. Aspiro. El saxo, el lubricado lenguaje del alma. Emigro con el pájaro. El ruido. El vuelo del estornino. Las pataletas en mitad de un sueño pesado. Contra la cama. Las cabras de los árboles a la almohada. Pierdo la cuenta. Un nombre. No busco. Un nombre. Porque sé que existe. Ese lugar. Que deja de ser un nombre para ser. El tablero de la Rayuela, un escondite, un recuerdo compartido. No hay ideas generales. No hay emociones generales. Enfermedades genéricas, sí. La frontera. Las manos templadas. Mi espalda. Se dibuja. El círculo perfecto. Armar. Desarmar. Amar. Al mar. Piezas de un puzle en un sofá. Una piel que se levanta al tacto como diario de la mañana. Un bucle así. La complicada mezcla entre el jazz y el insomnio. Ya son las 6. La felicidad como un Dream a little dream of me de Ella Fitzgerald. La desnudez. Un biombo. Emociones Antagónicas. Discernir. Qué palabra. Y Un silencio se torna una resta implacable. Cosas así al costado. De vuelta a casa. Un día complicado. El insomnio. Esa encrucijada en el cuerpo.

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