que llevan al Sol,
-esas que a veces
te confunden con cemento-
encontré el sonido de sus manos
y de un solo golpe de acero y nitrógeno
se paró el aire y mi equilibrio
me hablaron de la tierra
que nace antes del asfalto
de las risas que viven bajo la boca de lata
de los pájaros que son libres de ciudad
y de la trayectoria de un pez
que se desvía del frío.
Me contaron sobre él
no de donde venía
ni hacía dónde (re)sonaría de nuevo
sino del hueco en la tierra
que podía escuchar su sonido
y habitar en el rasgar de su (t)acto
me hablaron sus manos
sobre acero y nitrógeno
o sobre piel .
O sobre tus sueños, o sobre esa tierra...escribes para los angeles.
ResponderEliminarUn Beso