
Se tragó las llaves
cortó una cuerda de su garganta
y se colgó del edificio más alto.
Con el pubis a ras de las nubes
el miedo se vuelve ácido lisérgico
Hoy el cielo es un suicidio colectivo
y Lúa abre el paso a las demás
-caigan sin quemar-
Todos esos ojos, esos rostros incendiados
serán nuestros.
No entraremos en la nada eterna. No.
Sino en este país frió donde el sol es caliente.
Aquí donde el viento del Oeste
y aquellos neurolépticos son imprescindibles.